Hoy vengo con una duda. Desde que creé este blog dedicado a la ética del marketing, estuve dándole vueltas a la idea del marketing con causa. Para aquellos que no sepan qué es o necesitan que les refresque la memoria, ahí les va la definición:
"El marketing con causa es un tipo de marketing que involucra esfuerzos cooperativos entre una empresa y una organización sin fines de lucro para obtener beneficios mutuos."
En palabras más prácticas, se refiere a cuando una empresa apoya económicamente (o de alguna otra manera) a una ONG a cambio de buena imagen. Hasta este momento pareciera estar bien, se trata de una win-win situation, por lo que al parecer no se daña a nadie. Las ONG obtienen ingresos para sus causas, las empresas obtienen beneficios a través de su mejor imagen y los consumidores satisfacen su ego al ayudar a los niños del tercer mundo con la compra de X producto.
Ok, nada cuestionable, ¿no? Pero para mí, el problema (ético, por supuesto) surge cuando se eligen ciertas prácticas para llevar a cabo el marketing con causa. La forma menos cuestionable, y la más cercana al altruísmo que se podría lograr sería simplemente un donativo. La empresa X dona tanto dinero/recursos/productos a una ONG Y, y claramente lo anuncia a bombo y platillo para dar a conocer la acción a sus clientes.
Pero desafortunadamente, existe otra práctica completamente habitual y que ya no goza, a mi entender, de los prececptos éticos de la primera. Se trata del marketing con causa atribuido a la compra. Seguramente todos hemos visto anuncios en los que se prometía una donación por cada unidad de producto comprada. El primer caso que me viene a la mente es el de Ausonia, que promete un minuto de investigación contra el cáncer de mama por la compra de cada envase de compresas o protectores, pero como éste hay cientos de casos. En estos casos, se traslada la responsabilidad solidaria al consumidor, y se incentiva el hecho que "si quieres ser más solidario, tienes que comprar más". Aquí, se limita la donación de la empresa a los beneficios directos que obtengan de las ventas que lleven a cabo con su estrategia.
Y es que el negocio resulta bastante rentable. En Estados Unidos, se encontró que el 89% de los compradores se cambiarían a una marca que se relaciona con una "buena causa". En ese mismo país, se gastaron 1,52 mil millones de dólares en estrategias relacionadas con el marketing con causa en 2008, una cifra que no paró de aumentar significativamente desde 2005, y que no parece disminuir en un futuro próximo.
"El marketing con causa es un tipo de marketing que involucra esfuerzos cooperativos entre una empresa y una organización sin fines de lucro para obtener beneficios mutuos."
En palabras más prácticas, se refiere a cuando una empresa apoya económicamente (o de alguna otra manera) a una ONG a cambio de buena imagen. Hasta este momento pareciera estar bien, se trata de una win-win situation, por lo que al parecer no se daña a nadie. Las ONG obtienen ingresos para sus causas, las empresas obtienen beneficios a través de su mejor imagen y los consumidores satisfacen su ego al ayudar a los niños del tercer mundo con la compra de X producto.
Ok, nada cuestionable, ¿no? Pero para mí, el problema (ético, por supuesto) surge cuando se eligen ciertas prácticas para llevar a cabo el marketing con causa. La forma menos cuestionable, y la más cercana al altruísmo que se podría lograr sería simplemente un donativo. La empresa X dona tanto dinero/recursos/productos a una ONG Y, y claramente lo anuncia a bombo y platillo para dar a conocer la acción a sus clientes.
Pero desafortunadamente, existe otra práctica completamente habitual y que ya no goza, a mi entender, de los prececptos éticos de la primera. Se trata del marketing con causa atribuido a la compra. Seguramente todos hemos visto anuncios en los que se prometía una donación por cada unidad de producto comprada. El primer caso que me viene a la mente es el de Ausonia, que promete un minuto de investigación contra el cáncer de mama por la compra de cada envase de compresas o protectores, pero como éste hay cientos de casos. En estos casos, se traslada la responsabilidad solidaria al consumidor, y se incentiva el hecho que "si quieres ser más solidario, tienes que comprar más". Aquí, se limita la donación de la empresa a los beneficios directos que obtengan de las ventas que lleven a cabo con su estrategia.
Y es que el negocio resulta bastante rentable. En Estados Unidos, se encontró que el 89% de los compradores se cambiarían a una marca que se relaciona con una "buena causa". En ese mismo país, se gastaron 1,52 mil millones de dólares en estrategias relacionadas con el marketing con causa en 2008, una cifra que no paró de aumentar significativamente desde 2005, y que no parece disminuir en un futuro próximo.
9 comentarios:
Muy interesante tu entrada, el hecho de que dudes, o al menos, te plantees, esta aparente labor caritativa por parte de empresas me parece que está perfectamente en sintonía con el hecho. Creo que deberíamos plantearnos hasta qué punto además se manipula a esas ONG's que necesitan ayuda económica muy urgente y que, a lo mejor, no pueden decir no porque no les queda más alternativa...
La verdad es que el Marketing con causa incentivado por la compra me parece un juego más de las empresas para conseguir vender sus productos. Sólo tenemos que ver la cantidad de dinero que destinan a una causa que seguramente les desgrave en hacienda, un 0,7% en la mayoría de los casos...Pero también es responsabilidad de las personas darnos cuenta de este tipo de manipulaciones, porque en cuestión de ayuda no todo vale, quizá también deberíamos guiarnos por nuetsros propios principios..
ciertamente la etica practicamente no existe en el mundo de la publicidad,ya que mientras se gane dinero..
En el mundo en el que vivimos en el que parece que nadie hace nada por nadie si no consigue algo acambio, es normal que se ponga en tela de juicio este tipo de actividades.
Nos choca pensar que empresas que facturan miles de millones puedan preocuparse por construir un pozo en medio de una aldea perdida de Africa...
Supongo que como con todo, habrá quién crea firmemente en su "causa" y quien lo haga por lavar su imagen.
Una entrada muy interesante Fer. La verdad es que el mundo de la publicidad, o mejor dicho, el mundo en general es así, en su mayor parte, y siempre lo será. Nadie da nada por nada. Sin embargo, los que estudiamos comunicación, o los que simplemente sienten curiosidad por ella, somos conscientes de este hecho, mientras que los que no, suelen creerse este tipo de acciones.
Y para nada tacho de ignorante a nadie, pero sí que es verdad, que la desinformación a veces nos lleva a creer que ciertas cosas son verdad, cuando en realidad o no lo son, o son verdad a medias.
En conclusión, que a mí este tipo de acciones en general me parecen una patraña.
No hay altruismo, y cada vez buscaran más maneras de sacar dinero y encima quedar muy bien.
En Ikea en la promoción de navidad también por cada peluche que se compraba se donaba x a Save the children. Si de verdad quieren donar que den ellos x de sus beneficios a alguna ONG y que no se den tanto bombo.
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